Siempre pensamos que nuestras normas, costumbres, pensamientos y maneras son las normales, lógicas y coherentes; creemos que el resto está equivocado. Viajar abre la mente, cambia parámetros, cambia a la gente.

Allí, en Senegal, nos llaman tubab (blanco); vas paseando (exceptuando en la capital) y los niños te gritan: “¡tubab!, ¡tubab!” para regocijo de sus mayores y con una naturalidad pasmosa. ¿Os imagináis a un blanco gritándo?: «¡negro, negro!», ¡no!, ¿verdad? Pues a ellos les parece de los más normal, y a nosotros, escapándose a mi entender, nos hace gracia.

Texto: Marga Coll
Foto: Playa de Mbao. Senegal. Alejandro Macià

 

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